top of page
Search

Breve reflexión sobre el “TENGO QUE estudiar”

Updated: Dec 22, 2022

Muchas veces pensamos que la solución es estudiar más, con lo cual entramos en el famoso bucle de “tengo que estudiar”

El 90% de mis amigos son músicos. De ese 90%, el 100% ha tenido fases de frustración. Si eres mi amigo cercano, me estás leyendo y estás pensando “¿qué está diciendo?”, te animo a que pienses bien, piensa en antes de una prueba importante, o después, o antes del recital de fin de carrera. O cuando simplemente el instrumento te suena a m**rda, y posiblemente me des la razón. Por breve que sea, seguro que has sentido un poquito de frustración. Y es normal, cualquiera, haga lo que haga en su vida tiene fases de “why, God, why?”.


Pero hay fases que se prolongan. Y de ese tipo de frustración quiero hablar yo. Emociones desagradables que vamos acumulando y no expresando que se acaban convirtiendo en estados de ánimo. Y ahí empiezan los bloqueos: que si me tiembla el arco, o de repente no puedo vibrar, o mi cerebro manda una orden pero mis labios o mis dedos no son capaces de cumplirla, y muchas otras somatizaciones. Y entonces empiezan las preguntas, las dudas. Y muchas veces pensamos que la solución es estudiar más, con lo cual entramos en el famoso bucle de “tengo que estudiar”:


Tengo que estudiar - pero no me apetece - pero si no lo hago nunca ganaré una prueba - y si no gano una prueba significa que no soy buen músico - y si no tengo la aprobación del exterior no soy nadie - así que voy a estudiar sin ganas, acumulando alguna tensión física, repitiendo pasajes sin ton ni son, y cuando haga una prueba con una ansiedad desbordante (porque todo el mundo está preguntándome “qué tal lo llevas” y estoy pensando más en las explicaciones que pueda dar para tapar la vergüenza que siento de no haber pasado de ronda otra vez que en intentar bajar mi taquicardia) me sentiré tan mal, que empezaré a cogerle verdadero pavor a hacer pruebas - y mi vida no tiene ningún sentido porque depende de cuando gane una prueba - etc.


Quizás este bucle te suene, con sus variaciones, seguro. Quizás no son pruebas, son concursos de música de cámara, o unas oposiciones, o la clase de la semana que viene.


El caso es que a lo que te dedicas se ha vuelto en una carrera para obtener la zanahoria, y durante el camino te estás desanimando, cansando, y la solución es seguir haciendo lo mismo: estudiar.


¿Y es que no se supone que a los artistas nos mueve la inspiración? Y la inspiración no llega de 10 a 12, que es cuando tienes aula para estudiar. La inspiración llega cuando llega. Y ojo, con esto no estoy diciendo que no hay que tener disciplina. Porque no estoy hablando de los que no estudian nunca, sino de los que estudian demasiado y se sienten cada vez peor, de los que buscan la perfección y por el camino acaban tocando muy tensos y sin pensar en música, de los músicos a los que ni se les ocurre pasarse unas semanas de vacaciones sin instrumento. El sobreesfuerzo puede frustrar mucho, porque por una parte se supone que debería darnos frutos muy rápidos, pero por otra, en lo profundo está quitándonos el poder de soltar, confiar y fluir. Si empezáramos a soltar la dependencia del estudio poco a poco, de querer tener todo bajo control y empezáramos a escuchar esas emociones desagradables que vienen a avisarnos, seguramente nos dejaríamos simplemente estar más, sin la obsesión de hacer constantemente algo. Respetaríamos nuestro propio timing. Si nos escucháramos más y mejor, sabríamos cuándo es momento de guardar el instrumento y de hacer otra cosa. Y viceversa: cuándo es momento de tocar y estudiar.


No nos dejemos arrastrar por la inercia de estudiar “porque sí”. Seamos conscientes. Hagámonos preguntas del tipo: ¿cómo estoy?, ¿qué quiero hacer por y para mí?, ¿hacer X realmente me sirve?

Si TIENES que estudiar, que el QUIERO tenga más peso que el TENGO. Si no hay QUIERO, intenta buscar qué otra cosa quieres hacer. Nuestro cuerpo acaba reflejando todo aquello que hemos estado haciendo sin quererlo realmente. Y al revés: refleja todo aquello que te hace bien. Quizás tu sonido refleje lo bien que te ha venido no estudiar el día anterior, porque realmente preferías dormir o cocinar una pizza casera. MENOS ES MÁS.

83 views0 comments
bottom of page